Filóloga de formación y bibliotecaria de profesión, mi temprana relación con los libros ha ido evolucionando y enriqueciéndose con el tiempo; los modos de lectura también han sido diversos. Últimamente disfruto de uno nuevo, una experiencia desconocida y apasionante: acompaño a mi hijo en su aprendizaje como lector, leo con él. A su lado estoy re-descubriendo la lectura, tanto en el sentido de repetir, en cierta manera, y recordar mi propia experiencia (ese momento mágico, de asombrosa revelación acerca de cuánto puede darte un libro) como en el de explorar nuevas formas de practicarla.
El bosque de las haches trata de eso, de mostrar sus preferencias, reacciones, comentarios, ocurrencias, juegos vinculados o derivados de la lectura.
Es el punto de partida. No sé hacia dónde nos conducirá la travesía. Martín, co-autor y protagonista, marca el rumbo. Yo me dejo llevar…
P. D. Gracias al Señor de las palabras, siempre inspirador, por prestarnos el bosque de Doménica para titular nuestro blog. La preferencia por este personaje y por su creador, debo reconocerlo, es mía. Y la gratitud mucho más honda. En su obra disfruté como en ninguna de la literatura; en su biblioteca aprendí el oficio. A donde quiera que se dirija la nave, siempre recalará en su puerto.
Es el punto de partida. No sé hacia dónde nos conducirá la travesía. Martín, co-autor y protagonista, marca el rumbo. Yo me dejo llevar…
P. D. Gracias al Señor de las palabras, siempre inspirador, por prestarnos el bosque de Doménica para titular nuestro blog. La preferencia por este personaje y por su creador, debo reconocerlo, es mía. Y la gratitud mucho más honda. En su obra disfruté como en ninguna de la literatura; en su biblioteca aprendí el oficio. A donde quiera que se dirija la nave, siempre recalará en su puerto.
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